Escuela y movimientos sociales
El papel educativo de los movimientos sociales
-
Los movimientos sociales, por definición, están
compuestos por personas que se implican voluntariamente
en ellos, lo que supone una dirección determinada,
que puede ser crítica. La desventaja está
en la dificultad de llegar a la totalidad de la población.
-
Los movimientos sociales suponen un modelo
de acción y permiten la posibilidad de
imbricar lo que se hace en un contexto de aprendizaje
con la acción social real.
-
En la “educación de ciudadanía crítica”,
debemos incluir necesariamente las propuestas que los
movimientos sociales transformadores hacen llegar a la
población con todas sus actividades de difusión,
protesta, etc., pues ahí está el germen
de la conciencia y de la actuación que
es capaz de oponerse a lo existente.
-
Finalmente, dentro de los movimientos sociales debe
darse un marco y un proceso que en sí suponen
la construcción de una realidad
vital alternativa, junto a un modelo
de aprendizaje creador y crítico.
Sin perspectiva educativo-cultural, los movimientos sociales
se van convirtiendo en `oficinas de gestión´,
o en plataformas de poder directo, o en colectivos de especialistas...
El posible papel crítico de la escuela
Respecto a la educación formal, diremos más
bien qué papel “debe” jugar en la construcción
de una ciudadanía crítica, pues en general
no lo está haciendo.
-
La gran oportunidad que ofrece la educación formal
es el que, hasta una determinada edad, llega
a toda la población (incluyendo a los sectores
populares más excluidos del ámbito de intervención
pública, aunque en la escuela también suelen
ser los más excluidos).
-
La educación formal debe aportar una organización
y profundización de los saberes
y un desarrollo sistemático de las capacidades.
-
Por su parte, el modo de operar en una escuela transformadora
ha de generar una cultura de la participación
consciente y creadora que permita verse a uno/a
mismo/a como agente activo en la sociedad, con capacidad
transformadora de la realidad social cuando actúa
colectivamente, mediante el conocimiento y contacto con
la labor de los movimientos sociales.
El enriquecimiento mutuo
-
El campo educativo se enriquecería
con visiones externas y con la creación de contextos
críticos, así como con la asunción social de la educación
como tema público.
-
Los movimientos sociales, por su
parte, se verían estimulados a tener más en cuenta su
vertiente educativo-cultural dirigida a toda la población,
así como a participar en la construcción progresiva pero
constante de herramientas y contextos culturales transformadores.
Destaquemos:
-
El papel clave que se otorga a los movimientos
socioeducativos como nodos de conexión entre colectivos
sociales y educativos, personas, organizaciones, etc.
-
La necesidad de relacionar lo educativo
y lo social, específicamente en su vertiente
cultural (cultura transformadora).
|