Las intenciones básicas (aprendizaje
CCSS)
q Aprendizaje práctico, aprendizaje
reflexivo, aprendizaje vital
q Igualdad con diversidad
q Aprendizaje crítico y acción
transformadora
q Entorno local, entorno global,
entorno virtual
1.
¿Cómo puede aumentarse
el trasvase entre aprendizajes vitales y aprendizajes académicos?
Uno de los mayores problemas educativos en el área de ciencias
sociales consiste en la disociación entre la realidad social
vivida y el conocimiento académico sobre la sociedad, objeto
de nuestro área de aprendizaje. Y, si el objeto de la educación
es realizar aprendizajes que desarrollen, entre otras cosas,
la ciudadanía crítica, superar ese problema es indispensable.
Además, parece evidente que esta cuestión tiene bastante que
ver con la tan deseada `motivación´ del alumnado. La pregunta
formulada podría dividirse en otras más concretas: ¿Cómo los
aprendizajes de CCSS en la escuela pueden hacerse más vitales?
¿Cómo fomentar y aprovechar aprendizajes sociales relevantes
fuera del aula?
2.
¿Cómo
ligar aprendizajes prácticos concretos con otros más generales
y reflexivos? Uno de los problemas que tiene la enseñanza de las Ciencias Sociales
es el nivel de abstracción que se requiere en cuanto se supera
la mera descripción, y, desde el otro lado, la dificultad de
realizar aprendizajes prácticos que sean relevantes educativa
y socialmente. Por otro lado, suele darse una disociación entre
una práctica social restringida y/o no reflexiva y un estudio
contenidos sociales percibidos como lejanos y/o abstractos. También
en este caso, responder a esta pregunta nos situará más cerca
de conseguir una mayor implicación del alumnado, además de generar
un aprendizaje más relevante.
3.
¿Cómo favorecer la participación
y el aprendizaje de todo el alumnado, desde su diversidad, con
pretensiones igualitarias?
Uno de los puntos cruciales de la educación, y aún de la sociedad,
reside en favorecer la igualdad de toda la población en su desarrollo
cultural. Esto sólo puede hacerse desde el respeto y la promoción
de la diversidad personal y social si no quiere caerse en una
engañosa apariencia de igualdad de oportunidades o en una uniformización
rechazable, evitando, a la vez, que bajo la apariencia de respeto
a la diversidad se oculte el encajonamiento desigual en lo que
la resignación entiende como destinos `aceptados´ e incluso `naturales´
de cada sector social o de cada persona. En el área de ciencias
sociales, nos encontramos con un importante número de alumnos
y alumnas cuya participación efectiva en las clases es pobre
o casi nula, y en ello tienen que ver su personalidad y su socialización,
muy diferentes de aquellas con las que se aviene bien el academicismo.
4.
¿Cómo
favorecer la potenciación y el `empoderamiento´ de los sectores
sociales a los que se sitúa en peores condiciones en la vida
académica y/o social? En la cuestión anterior se ponía el acento en la implicación y
en el avance dentro del aula de todo el alumnado. En esta cuestión,
aunque conectada, se va un paso más allá: esa igualdad requiere
potenciar a quienes están situados en peores condiciones en el
sistema educativo, y no desde una lógica de `compensación de
deficiencias´ sino de aprovechamiento de sus puntos fuertes y
de potenciación de los débiles, cambiando las estructuras en
las que el proceso tiene lugar (origen parcial de su desigualdad
de acceso, junto a la estructura social y otros factores). Esta
potenciación sólo superará el paternalismo
y la ineficacia si se opta por el `empoderamiento´ de los
propios sectores no dominantes, eliminando o cambiando los factores
limitadores. ¿Hasta dónde puede llegarse desde el aula en este
sentido? Es un pregunta interesante, que habrá que responder
desde la práctica, pero también reclamando los cambios que superen
el ámbito del aula.
5.
¿Cómo
fomentar la toma de conciencia crítica y la acción transformadora? Si las Ciencias Sociales no contribuyen a formar una ciudadanía
crítica, rebajan su papel al de suministrar conocimientos fosilizados
o de utilidad técnica restringida. Asumido el objetivo, la cuestión
que aquí se plantea es cómo conseguirlo, pero dando ya pistas
de por dónde han de ir las respuestas: la toma de conciencia
alrededor de lo que se vive, la sensibilización y no el mero
conocimiento ante lo que afecta a otras personas, la reflexión
informada y discutida que contribuye al conocimiento crítico
y, finalmente pero no con menos importancia, la acción transformadora.
Sin algún tipo de acción-reflexión, las ideas no toman cuerpo,
o bien las acciones se convierten en activismo. Este principio
social es también un principio educativo en un enfoque transformador,
y esta necesidad de actuación lleva a la conexión con los movimientos
sociales.
6.
¿Cómo
conectar la acción social con la actividad escolar, generando
aprendizajes relevantes y críticos?
Movimientos sociales y actividades educativas parecen dos mundos
diferentes: los primeros actúan en la realidad social de forma
voluntaria y por afinidades, las segundas tienen lugar en un
entorno cerrado e institucional, dirigidas a toda la población.
¿Qué es lo que los movimientos sociales pueden aportar entonces
al mundo escolar? Los movimientos sociales son referentes básicos
en un planteamiento crítico del aprendizaje `de lo social´: en
cuanto que ofrecen una muestra de protagonismo de la ciudadanía
y en cuanto a que suministran visiones (además de contenidos
concretos) alternativas sobre la realidad y sobre sus posibilidades
de cambio. Pero, además, son los movimientos sociales los que
llevan a cabo acciones con las que pueden conectar las acciones
educativas. No se trata tanto de que intervengan de forma externa,
o de utilizar sus materiales didácticos (aunque también), sino
de que se entre en el entramado real de sus acciones, se utilicen
sus materiales reales, etc. Como en otros casos, la cuestión
que planteo aquí es ya una respuesta a otras cuestiones.
7. ¿Cómo
conectar los entornos local y global en la actividad escolar,
para ampliar la relevancia práctica y teórica de los aprendizajes?
Si optamos por un aprendizaje transformador de las ciencias sociales,
resulta imprescindible conectar con la realidad del entorno social.
Otra cuestión es qué `entorno´ y de qué manera. Si se opta por
el entorno más próximo, puede que caigamos dentro de una visión
limitada de la realidad (sin que por ello se garantice el interés
del alumnado). Cuando nos centramos en un entorno global, además
de desdibujarse la noción misma de entorno, el nivel de abstracción
puede ser elevado, o bien las posibilidades de intervención disminuyen.
Sin embargo, en virtud de que en la realidad actual se interrelaciona
más que nunca lo local y lo global, y dentro de un enfoque escalar
y reticular del estudio social, la aparente dicotomía entre optar
por lo local o lo global se desvanece, y el estudio de las relaciones
y conexiones entre los diferentes entornos permite enriquecer
la comprensión y la actuación.
8. ¿Cómo conectar el entorno `real´ y el `virtual´ para enriquecer
el aprendizaje? [> Ver en El
uso de las TIC en el área de ciencias sociales...]