Las didácticas críticas de
las ciencias sociales: algunas limitaciones
Con la inevitable simplificación de hacer un comentario
general sobre propuestas que son diversas, y con la relativa injusticia
de no recoger aquí valiosas aportaciones, parece necesario,
sin embargo, recoger mi punto de vista sobre las limitaciones
de las propuestas concretas que se suelen hacer desde las didácticas
específicas de las ciencias sociales de orientación
crítica.
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El centrarse excesivamente en el área curricular, dando por
supuesto que ése es el marco de intervención; creemos que,
aunque ésa sea la realidad legal, es necesario superar ese
límite conceptualmente y mediante la práctica.
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La tendencia a la confusión entre propuesta de aprendizaje
y aprendizaje del alumnado: además de irreal, niega el carácter
dialógico de la educación emancipatoria. Esta propuesta suele
concretarse en unos materiales para el alumnado que debe realizar
las propuestas prediseñadas. Quizá sea resultado de
la visión de la educación escolar como algo separado
de la cultura social y de la cultura vivida (en la práctica).
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El intelectualismo, es decir, el que el objetivo es “comprender”
a base de analizar, contrastar, etc. Esta opción no resulta
coherente con la idea de praxis que defendemos, pero además
ponemos en duda que la mayoría de los y las estudiantes adquieran
un conocimiento relevante, crítico y duradero de esta manera.
Dado que se suelen realizar procesos intelectuales con varios
pasos y alargados en el tiempo, existen muchas posibilidades
de perderse en ellos, e incluso de no resultar motivador ni
siquiera el planteamiento de la cuestión.
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La tendencia a la desatención de la diversidad existente
en una clase cualquiera, corriendo el peligro además de que
una propuesta crítica, por su mayor complejidad intelectual
respecto a la mera repetición tradicional, deje a más alumnado
fuera de la posibilidad de aprendizaje, alumnado que, previsiblemente,
pertenecerá en mayor medida a los grupos sociales dominados
que a otros (igual que en la enseñanza tradicional). Quizá
esto sea resultado de no considerar problematizadora la propia
situación del alumnado de clases populares.
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La no consideración del alumnado como inserto en vivencias
que pueden tener también contenido conflictivo, es decir,
el contenido social suele presentarse como `problemas sociales´siempre
externos, lo que propicia caer en la `solidadaridad con otr@s
-externos-´, y no tanto en la `solidaridad desde los
problemas comunes´.
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El frecuente olvido de los movimientos sociales como referentes
críticos, y de la acción como socialización
crítica, en la que toma sentido el conocimiento transformador.
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La insuficiente consideración de la `experiencia´
y de la acción en `contextos enriquecidos y críticos´
como claves de un aprendizaje relevante y transformador. La
práctica escolar no suele entenderse dentro de una concepción
sociocultural de la `actividad´.
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Anque es necesario un aporte crítico que ponga en cuestión
el pensamiento hegemónico y la realidad tomada como
`natural´, no ha de darse por supuesto (como muchas veces
se hace) que esto sólo puede venir de la mano del profesional
crític@ que saca de la falsa conciencia al alumnado:
existen otros referentes críticos, en el propio contexto
vital del alumnado (aunque no se expresen en nuestros formatos),
en el contexto social y en el ámbito de los movimientos
sociales (aunque éstos no estén siempre en el
ámbito local, el contacto es posible -TIC...-).
> Aportaciones de la didáctica
crítica de las cc.ss. [Texto
largo, fundamentación]
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