social acción y reflexión

La crítica y la acción de los movimientos contra la globalización neoliberal

1.     Las críticas a la globalización neoliberal. 1

2.     El `movimiento de movimientos´ contra la globalización neoliberal  2

Para los partidarios de la globalización neoliberal, ésta no trae más que beneficios a medio plazo. Así, los perjudicados actuales dejarán de existir en el futuro, en virtud de la aplicación de la ley del más fuerte (ley que asegura así la `mejora´ continua) o bien esperar un poco (quizá a después de su muerte) a que los efectos perjudiciales presentes den paso a un nuevo mundo casi perfecto. En realidad, no creo que haya mucha gente que se crea realmente tales promesas, pero son aprovechadas por los poderes dominantes para hacer pasar por interés general lo que son intereses particulares.

Desde un tipo de análisis académico, Giorgio Ruffolo (Ruffolo, 1999) afirma que existen aspectos positivos de la mundialización, como la llegada de ésta a espacios que estaban `fuera de la corriente´, aumento del conocimiento y la información, demanda de política integradora e incluso mundial. También hay riesgos y perjuicios: desigualdad en la distribución geográfica de beneficios, problemas de sostenibilidad y de cohesión social, peligro de políticas que pretenden dejarlo todo en manos del mercado (intento de Acuerdo Multilateral de Inversiones, por ejemplo). Esta perspectiva un poco ecléctica puede pecar de indefinición o de falta de visión política global, aunque ello no quiera decir que no refleje aspectos parciales ciertos. Hay quien afirma, como hace Martin Khor, que “la globalización afecta de manera diferente a cada categoría de países” (Khor, 2001, p. 22), por lo que las generalizaciones son imprecisas. Sin embargo, sí que podemos aportar agluuna: mayoritariamente aporta más a quienes más tienen, y al revés; además, la globalización neoliberal se ocupa de `globalizar´ según los intereses dominantes, no según una idea mundialista de la sociedad. Lo dice expresivamente Enrique del Río:

"No está globalizada la salud, ni su prevención,... sino los medicamentos a través de los laboratorios multinacionales.
No está globalizada la nutrición para todas las personas del planeta,... sino los canales de distribución de los alimentos que controlan las multinacionales.
No está globalizada la educación/formación de todas las personas para ser autónomas, con capacidad de decidir libremente,.. sino los programas de televisión para culturizarnos y acostumbrarnos a una forma de entender la realidad. (...)
No está globalizada la distribución de la renta para toda la población,.. sino un sistema de mercado que cada vez vive más de la especulación y genera ciudadanos de segunda categoría y emigrantes. (...)"

Enrique del Río (recogido en www.comunica-accion.org/glob)

Aunque se expresen de diferentes maneras y se ponga el acento en diferentes cuestiones, no existen grandes contradicciones en los movimientos sociales transformadores en cuanto a las críticas generales que se dirigen contra la globalización neoliberal. Fundamentalmente se afirma:

¨        que se trata de un proceso dirigido por las élites mundiales para su propio beneficio; que beneficia a los más beneficiados y perjudica a los más excluidos, al menos en general

¨        que no busca el `desarrollo´, sino el `crecimiento por el crecimiento´, en una espiral sin fin y autoalimentada

¨        que no se orienta a la satisfacción de las necesidades básicas de toda la población mundial, sino al aumento general en la producción y el consumo, concentrados en las capas más pudientes

¨        que empeora las condiciones laborales de l@s trabajadores en general, incluidos los situados en los países del `norte´

¨        que subordina la política y la decisión ciudadana a la economía capitalista dominada por las grandes empresas

¨        que no tiene en cuenta el deterioro medioambiental directo y los efectos a largo en la sostenibilidad del ecosistema de la actividad económica

¨        que se asienta sobre una visión economicista y rentabilista, dentro de una mirada restringida por el interés privado a corto y/o medio plazo

¨        que fomenta los valores competitivos entre personas, grupos y países

¨        que tiende a uniformizar (más que a unir) en función de criterios marcados unilateralmente por el `centro´ dominante

Paulo Freire hablaba de la `unidad en la diversidad´ que debían mantener entre sí los movimientos emancipadores. En el caso que nos ocupa, bien puede hablarse de que se concreta esta intención maximizando sus ventajas y reduciendo sus limitaciones, aunque no faltan algunas contradicciones.

Hoy en día, podemos hablar de un `movimiento de movimientos´, en el sentido de que el movimiento contra la globalización neoliberal articula muy numerosos grupos y que abordan muy diferentes temas; sólo algunos grupos están `especializados´ en la globalización, mientras otros conectan con ese tema general a partir de sus temas particulares y/o en las acciones concretas. No existe tampoco una gran coordinación estable y de carácter mundial: lo que más se parece a ello, la estructura que organiza el Foro Social Mundial, no llega a coordinar, ni mucho menos, a los innumerables grupos existentes, aunque sí que existe una relación informal en la que el FSM actúa como referente común.

Pero la diversidad no proviene sólo de la diversidad temática, sino también de las diferentes culturas y territorios de origen, del diferente grado de radicalidad de las propuestas, de la diferente ideología más o menos difusa que impregna las alternativas sociales (aceptación o no de la propiedad privada, diferente valoración del papel del estado...) y de las diversas formas organizativas (pequeños grupos / grandes organizaciones, organización estructurada / difusa, toma de decisiones centralizada / descentralizada...)

Podemos decir que existe una diversidad temática que puede complementarse mutuamente (ecologistas, pacifistas...), una diversidad que puede generar procesos de enriquecimiento mutuo entre los diferentes grupos (aportando perspectivas feministas a las luchas laborales, por ejemplo) y una diversidad que genera contradicciones cuando se trata de hacer propuestas concretas (comunistas / libertarios; radicales / reformistas...).

La unidad, no obstante, se mantiene en dos sentidos:

¨        por un lado, en las  propuestas genéricas que se defienden y en la conexión que cada movimiento hace de ellas con su proyecto particular. [1]

¨        por otro, en las numerosas formas de conexión en forma de red que se producen entre los diferentes movimientos, tanto formalmente (más limitadas en el tiempo y en el número de implicad@s) como informalmente (más difusas pero más constantes y extendidas).

Puede tener razón Carlos Taibo cuando afirma que

“en los movimientos se adivina una sugestiva síntesis entre el legado contestatario aportado por el mayo francés y la herencia más consecuente del movimiento obrero de siempre. (...) Desde otro punto de vista, existe también una poderosa línea de continuidad entre las viejas luchas antiimperialistas y la actual contestación de la globalización neoliberal”

(Taibo, 2002, p. 297).

En todo caso, creo que hay que señalar o destacar como rasgos propios y novedosos, que además son relevantes y abren grandes posibilidades, los siguientes:

¨        el ser un `movimiento de movimientos´, lo que permite actuar unidos coyunturalmente, mantener conexiones informales... sin ahogar las iniciativas locales y sectoriales, e incluso potenciándolas

¨        el trabajo en red, que permite, sin una dirección global, unificada y jerárquica, coordinarse y trascender lo local (un buen ejemplo se ha producido con la oposición mundial a la guerra contra Irak)

¨        la poca inclinación a la toma del poder como solución inmediata (esto permite un trabajo más político de fondo y menos coyuntural, aunque no está resuelto cómo avanzar a partir de cierto nivel...)

¨        el ligar la acción y la reflexión, la denuncia y la propuesta, lo local y lo global... (aunque en todo ello no falten limitaciones, démoslo por descontado).



[1] Rafael Díaz-Salazar hace una buena síntesis de estas propuestas genéricas: igualdad, defensa de lo colectivo, democracia radical, opción preferente por la no violencia, sustentabilidad ecológica, respeto de la identidad y la diversidad, economía solidaria y popular, creación y disfrute cultural, la “solidaridad como antropología de la ternura social” o la necesidad de cambio estructural (Díaz-Salazar 2002, pp. 49-78).

 

< autor José Emiliano Ibáñez Herrán  <>  documentación citada >
social acción y reflexión
< Sitio web del autor  <>  actualización 15.09.2003 >