Aunque haya corrupciones y despilfarros, no hay que olvidar que la crisis se ha generado en el sector privado, por el capitalismo desregulado que han permitido los políticos, y que la deuda ha pasado a pública por ayudar a los grandes del sector privado: hay que desconfiar de los discursos que olvidan este dato básico, pues lo siguiente es recortar en lo público y que los culpables de la crisis sigan con el «business as usual» .