Posiblemente Podemos está haciendo como hizo el PP mucho tiempo desde la derecha, pero ahora partiendo desde la izquierda: sabiendo que tiene más o menos asegurados los votos de mucha gente de izquierdas (por origen de quienes lo han promovido, por las propuestas…), no decir que se es de izquierdas permite coger votos de los que no se alinean como de izquierdas (el término, por más que nos duela a muchos, no es entendible por mucha gente, para la cual, «izquierda» es «el PSOE y esas cosas). Eso no impediría que se hiciera una política de izquierdas igual que el PP la hizo de derechas sin decirlo abiertamente (en 1996-2000, en su primera legislatura). La otra posibilidad, que deseo que no se realice, pero que no es para nada descartable, es que Podemos, en su afán de sumar más, vaya perdiendo su dirección original por el camino y acabe siendo un partido «anticorrupción» sin tener claro hacia dónde ir (recordemos, aunque no sea muy popular, que la culpa de la crisis no es de la corrupción, sino del capitalismo desrregulado, en el que la corrupción engrasa el sistema, pero no es la causa principal).