En mi IES se están organizando actos con motivo del Día de la noviolencia y la paz del 30 de enero. Uno de ellos consiste en recoger alimentos para donarlos a un comedor social o similar. En mi grupo-tutoría de 1º de Bachillerato (Sociales y Humanidades) les informo de ello, a la vez que intento mostrar, a la vez, que hay quienes no compartimos un enfoque que no denuncia la pobreza sino que asume que se arregla con caridad ocasional y efectista, pero no me da tiempo a hablar, porque la primera pregunta es: *Pero ¿los alimentos son para España o para fuera? … porque si es para fuera yo no…». Pasmo. No me esperaba algo así en ese momento, a pesar de que esas ideas ya las he oído en otras ocasiones. O sea, que ya no es que sea difícil escapar del caritativismo más vergonzoso, sino que estamos en riesgo de ir hacia la «guerra entre pobres» y hacia la xenofobia.