Artículo publicado en la revista de CEAPA
¿Puede un solo sector -familias, profesorado, alumnado- construir la escuela pública que necesitamos? Obviamente, no. ¿Qué redes pueden conseguirlo?.
Contenido
1. Los MRPs y nuestra “alternativa de escuela pública”
Los Movimientos de Renovación Pedagógica (MRPs) somos colectivos integrados por profesionales de la educación con un planteamiento global de transformación crítica del sistema educativo, más allá del área o etapa, resumido en lo que se llamó, junto a otros movimientos, la “alternativa de escuela pública”. En la mayoría de los casos, los MRPs surgieron en los años setenta, formando siempre parte del movimiento de lucha por la democracia y la transformación social, por lo que, aunque nuestra tarea más específica se centraba en el campo educativo, siempre se consideró incluida dentro de la construcción de una sociedad más justa, crítica, libre e igualitaria. Como otras muchas asociaciones transformadoras, con el asentamiento de la democracia y la consecución de algunos avances parciales en la red pública escolar, así como con la plasmación institucional de ciertos aspectos pedagógicos y de la formación del profesorado, fuimos replanteando nuestra labor a la vez que disminuía el número de integrantes de nuestros movimientos, pero manteniendo las metas originarias.
“Trabajamos a la vez a pie de obra’ y en los ámbitos de la acción social.”
Actualmente somos distintos colectivos en distintos lugares del territorio español, con diferentes formas de actuación concreta, pero que compartimos los mismos objetivos comunes y ciertas características organizativas: la importancia del trabajo de base, la unión de la reflexión y la acción, la unión del trabajo concreto en nuestros centros con el político y el reivindicativo… Nos coordinamos, en el ámbito estatal, en la Confederación Estatal de MRPs y participamos con otras organizaciones en las Plataformas de Escuela Pública y en otras coordinaciones más o menos puntuales.
Somos asociaciones un tanto especiales: pocos colectivos trabajan a la vez “a pie de obra” y en los ámbitos de la acción social; de hecho, ir uniendo los dos polos puede decirse que anima muchas de nuestras acciones, por más que no suela ser fácil hacerlo. Quizá por todo ello, no somos (desgraciadamente) mayoritarios entre el conjunto del profesorado, aunque defendemos el trabajo conjunto en los centros junto al resto de la comunidad educativa hasta donde éste pueda darse de forma coherente. Dado que no tenemos necesidad de “representar” al conjunto del profesorado, podemos con bastante facilidad defender planteamientos que van más allá de lo puramente profesional o estamental para entendernos sin dificultades en la defensa de lo público y la acción crítica con las organizaciones de padres y madres o estudiantes, así como con los movimientos sociales no educativos. El nombre de “renovación pedagógica” no refleja hoy en día, si lo entendemos de forma restringida, toda la amplitud de nuestro planteamiento, pero al caracterizarnos como “movimiento social” damos una idea clara de cómo queremos actuar, al ir más allá del cambio didáctico: podríamos decir que somos movimientos de transformación socioeducativa desde lo concreto a lo estructural .
“Dado que los MRPs no tenemos necesidad de representar’ al conjunto del profesorado, podemos con bastante facilidad defender planteamientos que van más allá de lo puramente profesional o estamental para entendernos sin dificultades en la defensa de lo público.”
Como puede deducirse, nuestra alternativa de escuela pública no se refiere únicamente a la titularidad pública de los centros, si bien ésta es una necesidad de partida. El carácter público de los centros educativos viene determinado porque la titularidad, la forma de funcionamiento, las finalidades y las actividades cotidianas son públicas en su pleno sentido, lo cual implica el abarcar a toda la población, con especial atención a los sectores populares, con garantías de calidad y fines igualitarios, así como una organización plenamente democrática . Lo público ha de construirse, por tanto, mediante la participación colectiva, y ha de contar con los medios financieros y organizativos necesarios.
La titularidad pública, si bien no garantiza sin más estas características, constituye una base adecuada para alcanzarlas, por serle socialmente exigibles y controlables. El modelo de escuela pública de los Movimientos de Renovación Pedagógica y otros sectores progresistas, por tanto, no sólo hace referencia a la titularidad pública de los centros, aunque ésta sea imprescindible. Se trata de una alternativa global que, como tal, hay que ir construyendo social y educativamente y, a menudo, de forma conflictiva, pues sus objetivos chocan con los de una sociedad desigual e injusta. Además, este modelo conlleva necesariamente que exista una sola red educativa y ésta sea pública : si no escolariza a toda la población, estamos dividiendo socialmente, la red pública no puede actuar como auténtico aglutinante de carácter solidario de la diversidad existente.
2. La realidad educativa global y nuestras limitaciones actuales
No cabe duda de que en la realidad más amplia en que nos encontramos existen tendencias que caminan justo en dirección contraria a nuestras intenciones. A modo de pinceladas, sin pretensiones de análisis riguroso pero con la claridad de lo visto y sufrido desde múltiples ángulos, podemos señalar algunos puntos clave, alrededor de los cuales deberíamos desplegar acciones conjuntas entre nuestras organizaciones:
1. Sigue existiendo una doble red educativa, en cuanto a su titularidad: pública y privada (dividida ésta en concertada y no concertada). Lejos de configurarse la red privada como algo complementario y residual, no deja de avanzar en cuanto a número de conciertos, etapas, alumnos y territorios, lo cual va a la par del aumento de su consideración social, mientras se va avanzando hacia la subsidiariedad la red pública . No caigamos en el error de transmitir nosotros mismos, como a veces hacemos, que la pública tiene peores medios que la privada concertada. No está ahí el problema. El primer factor está en la ocultación interesada de los problemas reales de la red privada y en su posibilidad de escabullirse de las realidades más dificultosas. Pero otro conjunto de problemas, no separables de lo anterior, viene dado por la triple tendencia a la laminación de la red pública:
Laminación social, por el avance ideológico de las ideas de privatización, de individualización y de desprestigio de lo público (como ejemplo: alumnado de la pública que piensa, sin conocer la realidad, que lo público, por el hecho de serlo, es peor que lo privado).
Laminación burocrática, por el funcionamiento rutinario, cuando no claramente contrario a la idea de lo público y de la igualdad socioeducativa, de las instituciones educativas públicas “realmente existentes” (muchos padres y madres no reconocen las características de lo público que defendemos en los centros reales en los que escolarizan a sus hijos).
Laminación política, por la defensa coherente de los intereses clasistas conservadores de los partidos políticos de derechas, y la falta de defensa clara de lo público en numerosas actuaciones de los partidos políticos de la izquierda, cuando no su sumisión a la misma ideología privatizadora y selectiva socialmente.
“No caigamos en el error de transmitir nosotros mismos, como a veces hacemos, que la pública tiene peores medios que la privada concertada”.
2. Los sectores conservadores han conseguido imponer mayoritariamente el discurso de que los problemas en la educación tienen que ver con el exceso de progresismo , ¡incluso entre numerosos sectores que se presentan como progresistas! En lugar de buscar los fracasos en la selección social y en la pesada carga de elementos tradicionales (además de tener en cuenta los nuevos retos sociales), la versión triunfadora echa la culpa a los pocos elementos reformados ¿Cómo es posible que se haga creer que se ha desterrado el uso de la memoria y de la realización mecánica, cuando la realidad mayoritaria es que esto no ha cambiado? ¿Cómo es posible que se haga creer, contra toda evidencia comprobable, que todo el mundo aprueba y todo el mundo obtiene los títulos, con la realidad de fracaso escolar que se mantiene? ¿Cómo es posible que se logre obviar la desigualdad social en los resultados escolares proponiendo como simple solución el esfuerzo individual, sin considerar cuál es la realidad familiar de cada estudiante?
“¿Cómo es posible que se logre obviar la desigualdad social en los resultados escolares proponiendo como simple solución el esfuerzo individual, sin considerar cuál es la realidad familiar de cada estudiante?”
3. La compartimentación entre profesorado, familias y alumnad o en la representación en los centros escolares se convierte en una dificultad para la acción transformadora de quienes pueden compartir intereses transformadores. Y la misma compartimentación existe entre organizaciones: cada parte tiene sus asociaciones para representarse o “defender sus intereses”. Pero, ¿puede un solo sector -familias, profesorado, alumnado- construir la escuela pública que necesitamos? Obviamente, no. Además, el interés en pelear por esta escuela no se comparte tanto con los del propio sector, sino con los ideológicamente afines de todos los sectores. En principio, parece normal que cada sector tenga sus propias organizaciones, pero sus propias necesidades de representatividad y de querer hablar en nombre de todos/as sus representados/as, hacen que la construcción de lo público como tarea común se resienta. Y todo, sin entrar en la competencia entre organizaciones del mismo sector, lo cual complica el asunto mucho más. Sabemos del funcionamiento dificultoso (salvo excepciones) de las Plataformas de Escuela Pública; sabemos de la poca continuidad de experiencias unitarias1; sabemos que no se ha sido capaz de plantear un frente común con un mínimo de cuestiones básicas ante las diferentes reformas educativas… Incluso iniciativas positivas llevadas a cabo por cada sector se empobrecen por una falta de planteamiento global y compartido. No se trata de anular lo que cada organización sectorial hace, sino de avanzar hacia el funcionamiento de redes de organizaciones, centros y personas que trabajen por un cambio educativo democratizador.
3. Redes para la transformación educativa: superando la compartimentación y la acción coyuntural
Tanto en el trabajo en red como manteniendo formas clásicas de coordinación, resulta necesario que cada organización amplíe su punto de vista más allá de sus intereses inmediatos o sectoriales, sabiendo que la intención transformadora sólo se hará efectiva en conjunción con otras. Esto no resulta fácil, pero no cabe duda de que es la primera condición para un cambio efectivo.
¿Puede el trabajo en red dar respuesta a las necesidades o superar las limitaciones señaladas? Seguramente, la acción de respuesta política para que se mantenga y potencie la escuela de titularidad pública deba ser directamente afrontada, y con urgencia, por el conjunto de organizaciones existentes, y el trabajo en red, más difuso y con resultados a medio plazo, no sea capaz de jugar un papel inmediato y directo en ello. En cambio, las redes de acción sí pueden dar respuesta en el campo ideológico y social, así como en la coordinación de pequeñas acciones más o menos permanentes y en el intercambio de experiencias y modelos de acción coordinada entre los diferentes sectores. Es decir, las redes pueden jugar un papel en aquello que ha de hacerse de forma permanente, descentralizada y diversa: la respuesta en cuanto a la imagen de la escuela pública, la propuesta ideológica de una escuela pública alternativa y la construcción efectiva de “lo público” en la educación .
En estos momentos, podrían iniciarse diversas redes de acción permanente promovidas por organizaciones de padres y madres, profesorado y alumnado, pero que deberían dar cabida, más allá de nuestras asociaciones, a la ciudadanía en general.
Un primer ejemplo: hacer frente al discurso de la derecha educativa y favorecer la idea de escuela pública que defendemos . Se trataría de intercambiar textos y experiencias, favorecer la difusión de comentarios respecto a noticias de actualidad, promover que los medios de comunicación se hagan eco de nuestras propuestas… Un sitio web común o la utilización de medios de prensa de forma conjunta daría viabilidad a esta red de acción.
Otro ejemplo, en este caso para ir construyendo mediante la práctica la escuela verdaderamente pública: elaborar propuestas para que los materiales curriculares sean gratuitos para el alumnado pero, yendo más allá, para sustituir a los libros de texto como material comercial, individual, rígido y poco participativo. Por un lado, se trataría de ir generalizando el uso de materiales colectivos (con posible apoyo para la adquisición de los materiales de consulta que deben enriquecer también todos los hogares). Por otro, se irían elaborando materiales curriculares que permitan trabajar con la diversidad, favorecer la igualdad y desarrollar la acción crítica, en coordinación con movimientos sociales no estrictamente educativos.
Otros ejemplos podrían valer también, pero la clave está en que los vayamos concretando, desde el principio, bajo la filosofía del trabajo en red y no desde propuestas cerradas realizadas por cada sector u organización.
Más información
El modelo de escuela pública de los MRPs
Sitio web de la Confederación estatal de MRPs cmrp.pangea.org
Los Movimientos de Renovación Pedagógica y la transformación socioeducativa Conjunto de artículos sobre los MRPs publicados en la revista Tabanque (Universidad de Valladolid, 2003). Pueden leerse en línea en www.pangea.org/jei/edu/tab
Movimientos y redes para una cultura transformadora . Artículo del autor, publicado en la revista Tabanque (Universidad de Valladolid, 2003), que puede verse en línea en www.pangea.org/jei
José Emiliano Ibáñez Herrán. Miembro de Concejo Educativo, Movimiento de Renovación Pedagógica de Castilla y León, integrado en la Confederación estatal de MRPs
Artículo publicado en Padres y Madres de Alumnos/as, nº 84, Octubre-Diciembre 2005, (pp.31-35), dentro su tema central Redes de innovación pedagógica. Revista editada por CEAPA