Limitaciones de algunos enfoques
educativos al abordar problemas sociales
Limitaciones de algunas propuestas pedagógicas que abordan
los problemas sociales
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No considerar la diversidad y desigualdad de partida del
alumnado como un aspecto insoslayable, y, a la vez, no
poner el foco sobre sus problemas y vivencias, de tal
manera que se tratan los problemas de otros grupos con los
que hay que solidarizarse, quizá teniendo en mente un
alumnado de sectores no populares.
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La ingenuidad pedagógica que parece traslucirse en
algunas propuestas educativas: “se suministran contenidos críticos,
se trabajan, se aprenden, y podemos ir a la siguiente cuestión”.
El proceso de aprendizaje es más complejo, es más integral
y pocas veces se produce, si es relevante, por el contacto
limitado en el tiempo con unos contenidos.
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El intelectualismo, que suele provenir de quienes se
han especializado en el conocimiento de un problema, pero no
sólo. Consiste en intentar aplicar a la escuela, mediante una
simple adaptación en cuanto al nivel de profundidad, el conocimiento
científico y/o crítico del tema. Podemos hacerle algunas contundentes
críticas: no se asimila con facilidad un conocimiento recibido
como externo y que suele ser dificultoso,se dejan fuera componentes
esenciales de la educación transformadora (la acción,
la experiencia, los valores...) y deja fuera a amplios sectores
del alumnado cuyos intereses son más inmediatos y/o
concretos.
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No conectar con la acción de los movimientos sociales
y con los agentes del entorno, como si el trabajo didáctico
con ciertos materiales o informaciones pudiera conseguir, en
un ambiente escolar autónomo, una socialización
crítica.
Y una tendencia de la educación muy habitual
en las primeras edades...
[en las posteriores, ni siquiera suele hablarse
de `qué podemos hacer´]
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El `buenismo personal´
como principal mensaje que llega al alumnado: “todo depende
de que nos comportemos bien". Se trata de una simplificación
de los problemas, y a menudo supone un ocultamiento de la realidad
social, al hacer recaer sobre cada persona la responsabilidad
de males estructurales (un ejemplo sencillo referido a la educación
medioambiental: está bien no tirar papeles al suelo, pero relacionarlo
con las soluciones a los problemas ecológicas es otra cuestión).
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